martes, 19 de marzo de 2013

Capítulos 5 & 6 'Secuestrada'


-      Suéltame…- murmuró ella. Justin deslizó sus manos suavemente por los brazos de ella. Haciéndola estremecer. Conocía cada movimiento que ella apetecía de él. – hay alguien que espera por ti. – le indicó, y su mirada apuntó hasta la puerta.



-      Jo.der… - Justin se volteó. La prostitu.ta lo esperaba en el borde de la puerta. ______________ no había logrado observarla bien con la oscuridad hace unos minutos, era muy guapa a decir verdad, alta y rubia. Justin caminó hasta a ella, sin decirle una sola palabra a _______________. Estaba cabreado, tanto que cerró la puerta de la habitación con fuerza, _______________ saltó en su sitio. ¿Y como no enfadarse después de a verlo dejado con las ganas? Le pagó lo acordado a la mujer que había contratado para saciarlo, despidiéndola. Una francesa bonita que había sabido complacerlo, pero no lo suficiente, pues ______________ lo había empalmado en menos tiempo.



Inmadura. Mil veces, pensó. ¿Se cree la gran cosa? No se lo podía creer. No había mujer en el mundo que lo hubiera rechazado de tal forma. En otros casos, si hubiera llegado a ese nivel con cualquier otra, esta hubiera aceptado. Pero ¿______________? Mi.erda. Mi.erda. Mi.erda. ¿Aún conservaba la erección? Bajó su mirada. Sí, aún la tenía. Más grande ahora. ¿Y como no? Si con tan solo rozarle la piel…su pe.ne había  reaccionado como si hubiera despertado después de un año de abstinencia. ¿Qué tienes __________ _____________? pensó. ¿Qué tienes que me gusta tanto? Y que de alguna manera, no se lo quería dar.
Abrió con rudeza la puerta de la habitación. _____________ se volteó sobresaltada. Menos mal y esta vez no la encontraba en ropa interior. Cerró la puerta, haciendo ruido de nuevo.  



-      Es muy tarde…



-      Se me ha quitado el sueño.



-      ¿No confías en mí?



-      ¿Tengo que responderte?



-      Sí muñeca…



-      Jo.der…que no me gusta que me llames así… - le respondió ella.



-      Y a mí no me gusta tenerte de invitada en mi casa. – la retó él.



-      Es tu problema.



-      Vaya, vaya… - dijo caminando a pasos lentos. ______________ sintió que la calentura volvía a ella. Que hombre. Cuanto la ponía. – hay alguien aquí que no tiene idea de lo que le puede pasar si sigue portándose mal. – murmuró. Ahora muy cerca a su rostro, ______________ intentó no mirarlo demasiado, concentrándose en otro punto que no fuera él. – y de lo bien que la puede pasar… - Justin le acarició el mentón con su labio inferior. Rozándolo como una tercia pluma. – si se porta correctamente…



-      ¿Tantas ganas me tienes?



-      Muchas… - ahora la apretó de la cintura, haciéndola cortar la respiración por un fragmento de segundo. Juntaron sus cuerpos. Una sensación increíble. – agradécelo… he contratado a una pu.ta para no fo.llarte antes, me estoy aguantando mucho… - le acarició la cintura con sus manos, alzando ligeramente la fina tela que le cubría las caderas. Su dedos hicieron contacto con la tibia piel de _______________.



-      Te lo he dicho…jamás estaría con alguien como tú… - murmuró ella, a base de gemidos, pues Justin había posicionado sus labios sobre su cuello, recorriéndolo tan sensualmente como podía. Ella cerró los ojos. Justin levantó la mirada la escucharla hablar, sabía lo que sentía en ese momento debido al tono de voz que manejaba. Estaba excitada. Lo único que le faltaba era un pequeño empujón… así que intentó besarle los labios de un puñe.tera vez. Comerle la lengua y hacerla gozar tanto como podía. Pero ella, volvió a separarse. – jamás dejaría que alguien como tú me besara los labios…



Y esa fue la gota que colmó el vaso. Justin la cogió con fuerza, estampándola en la pared. Su mirada era otra, sus ojos…ahora embarrados en lujuria, la miraron sin importarle lo que podría venir después. Le quitó la ropa tan rápido como pudo. Ahora ella no tenía como defenderse, ni siquiera las palabras podrían calmar a esa fiera que había creado y que estaba apunto de comérsela. Desnuda, las ganas tampoco fueron efímeras. Observaba todo lo que hacía, de que manera la cogía y como se excitaba más cuando veía todo lo que tenía ante sus ojos.



-      Nadie va a besarte los labios, preciosa… - le advirtió él. Ella sintió las manos de Justin apretarle el cu.lo tan fuertemente que logró juntarle el cuerpo hasta su poderosa erección. – será todo lo contrario. – ahora dejó de ver su rostro. Tenía a Justin besándole el estómago mientras suavemente bajaba por sus caderas. Y ella, decidió aferrarse a la pared para poder contener esos enormes gritos que quería soltar. Los dedos de Justin la tocaron desprevenida, metiéndolos en el espacio de entre su piel y sus finas braguitas. Los besos de aquel hombre la siguieron persiguiendo por todo el cuerpo, ahora sentía que la atacaba por abajo, justo ahí…donde ella no tardaría en gritar. Sus dientes mordieron ligeramente las braguitas de _______________ por el costado. Bajándoselas. Ella se estremeció. ¿Qué se estaba dejando hacer?



-      Ah… - murmuró ella. Un primer gemido que la ayudaría a soltar los demás. De pronto recordó a la prostituta, gritando… gritando por él, por lo bien que se debía sentirlo adentro, muy adentro de ella. Se mordió el labio. Sin darse cuenta tenía las bragas a la rodilla. 
Capítulo 6
-      Eso es. – le dijo él. Animándola a que dejara tocarse por él. Que lo dejara tocar a su máximo esplendor. – te gustará preciosa… - ahora se colocó de rodillas, la mejor posición que podía tener, tenía tanto por hacer en ese apetecible se.xo. Se mojó los labios. La imagen era tan fuerte, que con solo verla aferrada a la pared y apunto de gritar, se estremecía más y más, con muchas más ganas de hacérselo en ese mismo instante. Tenía los labios húmedos. Y podía percibir que la feminidad de _______________ también lo estaba. La abrió de piernas, ________________ ya no ponía resistencia. ¿Y como lo iba a hacer? Si le gustaba tanto lo que sentía…tanto…que pensó que moriría. Meneó las caderas, entregándole más a Justin. – grita todo lo que quieras muñeca, estamos en Paris…nadie sabe nuestro idioma… - la miró pícaro. Mordiéndole uno de los muslos, para luego pasar su lengua por uno de ellos, de arriba hacia abajo. Que buen olor percibía haya abajo. Se acercó a su abertura, entre los dos labios genitales, le satisfacía tanto ver eso… sus labios besaron delicadamente la feminidad de ________________.



-      Mnh… - susurró ella. Ahora poseída por él. Justin la besó de nuevo, ahora con más intensidad.



-      Te gustara… - dijo él. – más… cuando pase mi lengua por ahí… - _____________ soltó un pequeño gemido ahogado. Justin había introducido su lengua en ella, en todo su esplendor, una oleada de placer se expandió por todo su cuerpo.



-      ¡Ahh! Oh… - gritó ella. Justin volvió a bombearla con la lengua. Tan intenso como podía. Deseando tanto que su pe.ne ocupara el lugar de su lengua.



-      Te gusta guapa, dímelo…dime que te gusta…



-      Sí, Dios…me encanta… - le respondió ella. La cabeza de Justin no dejaba de moverse, al compás de su lengua y acoplándose con los intensos gemidos de ella. Mi.erda. Si se la comía una vez más, eyacularía sin siquiera ver terminado. Cuanto poder tenía aquella mujer. Sus pantalones reventarían. Necesitaba fo.llar. Fo.llarla. Era más que un simple deseo. Era algo que su propio cuerpo le obligaba a hacer.



-      Necesito fo.llarte… - le pidió. Subiendo entre besos hasta su rostro.



Se miraron. En un momento interminable. Los ojos caramelo de Justin atraparon a los __________(co) de _______________. El deseo seguía ahí, pero en cambio, de pronto…hubo algo más fuerte. Algo que le invadió el cuerpo y la mente. ______________ sostuvo la mirada, lo único que reflejaba era miedo, temor, aunque también disfrutado del momento, sabía que Justin la tenía en sus manos y que podía hacer lo que quisiera con ella. No quería abusar de ella. No de nuevo…



Se le separó. Pequeño recuerdos invadieron su mente. Recuerdos que le dolían muchísimo. Prefería masturbarse por su propia cuenta. Se metió al baño de la habitación, mientras _______________ aprovechaba en arreglarse la ropa interior. De nuevo en su lugar. Más avergonzada que nunca. Y en medio del silencio lo escuchó gemir desde el baño. Seguramente imaginándosela.
Si no había terminado de comérsela…había sido por algo…había prometido jamás volver a abusar de una mujer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario